Los vehículos alimentados por GLP y GNC no producen partículas y emiten menos gases nocivos que aquellos alimentados por gasolina. En particular, los vehículos alimentados por GNC reducen en más del 20% las emisiones de CO2, contribuyendo a reducir el efecto invernadero. Por estos motivos, a los vehículos alimentados por GLP y GNC generalmente se les permite circular incluso en días de numeración de matrícula alterna o limitaciones de tráfico.